Las empresas siempre buscan ser más eficientes y rentables en la industria en la que se desempeñan. Sin embargo, en muchas ocasiones los administradores no saben cómo ejecutar las estrategias e innovaciones correspondientes para hacer de la compañía la número uno
Sofía Ruiz
Las empresas tienen que mejorar y adaptarse con el tiempo a la innovación tecnológica de la industria. Pero muchas veces los líderes de las mismas no saben por donde empezar y dejan de lado la evolución del negocio.
Todos notamos lo complicado que es cambiar la forma de manejar los mercados, pues no se sabe si va a resultar o no lo que se tiene planeado. Se conoce que al principio se cometen errores al buscar nuevas estrategias de manejo y se implementan programas que no van con la empresa. Este tipo de inconvenientes son los que generalmente hacen que los negocios se queden en la zona de confort, ya que es más sencillo quedarse donde están.
Las compañías no deberían detener su crecimiento por la incertidumbre de si va a funcionar o no, pues el avance de la tecnología puede hacer que queden obsoletos. Como escribe Guitze Messina en su artículo “¿Por qué seguir las mejores prácticas en el sector?” (Mundo HVAC&R, núm. 154, febrero 2018, 60-63), “hacer negocios es una práctica en la que no se puede perder tiempo buscando o inventando soluciones que perjudiquen a la compañía. Lo que se requiere es implementar procedimientos rápidos, que se apliquen y ajusten a la industria HVACR. La manera más eficiente para ajustarla a los cambios tecnológicos es copiando mejores prácticas”.
Para realizar progresos en las actividades comerciales hay que tener una estrategia bien planeada, por lo que el bechmarking es la herramienta a elegir.
Bechmarking
El concepto fue desarrollado por la empresa Xerox, a fin de encontrar una estrategia que la hiciera más competitiva, ya que estaba siendo superada por otros comercios. Esta táctica la lanzó como prueba en una de sus filiales y después la implementó en toda la compañía. Este reajuste le trajo a Xerox una mejora en sus actividades y finanzas, a la par de otorgarle un nuevo lugar en el mercado, gracias a este funcionamiento.
El concepto de bechmarking, escribe Messina, fue popularizado por Michael Spendolini, fundador y presidente de la consultora de gestión MJS Associates, en Estados Unidos, además fue autor de varios artículos sobre los sistemas de gestión. “Se refiere a que no inventemos la rueda para mejorar nuestras empresas, simplemente copiemos las mejores prácticas de otras compañías similares, así reducimos el riesgo de fallar y, a la vez, tendremos una guía a seguir para implementar correctamente esas mejores prácticas en nuestra empresa”, sostiene Messina.
Así, el bechmarking es una herramienta que se utiliza para analizar procedimientos, productos y servicios en un entorno semejante. Su objetivo principal es proporcionar datos para mejorar los negocios, ya que brinda las mejores prácticas que han sido eficaces para distintos competidores.
Existen dos tipos: el interno se apega al funcionamiento de la empresa, mientras que el externo se basa en las buenas prácticas que aplican los líderes del sector. Dentro del externo hay otros dos subgrupos; el competitivo, que es el enfoque a un producto o servicio, y el funcional, representado por la comparación de métodos.
La principal utilidad del bechmarking, prosigue Guitze Messina en su artículo, es que las iniciativas que se pongan a andar en un negocio serán prácticas que ya se han probado en otras compañías y garantizado su eficacia. Esta acción permite disminuir los riesgos relacionados con el nuevo desarrollo, ya que al apropiarse de las estrategias desarrolladas por otras firmas que ya han tenido éxito, el porcentaje de fracaso se reduce enormemente.
“En otras palabras, el benchmarking es el proceso sistemático y constante de evaluación y comparación de productos, servicios y diversas funciones aplicados por uno o más competidores o compañías, considerados líderes en la industria. El objetivo es cotejarse con el mejor con la intención de elevar los estándares de desempeño, aumentar el valor de la propia empresa, empoderar a los empleados, socios y distribuidores, entre otros aspectos”, concluye Messina.
Poner en marcha esta herramienta fortalece las acciones y estrategias de la compañía, pues responde a una necesidad de crecimiento y a la ejecución eficaz de sus procesos. Con base en esto, se analiza para llevar a cabo un programa de mejora y prácticas superiores. La meta, por supuesto, es llevar a la empresa al siguiente nivel.
Claves
- Análisis comparativo: evaluación de una herramienta, procedimiento o empresa con vistas a compararla a otras evaluaciones
- Benchmarking: referencia, modelo por el que un índice de rendimiento puede medirse
- Buenas prácticas: procesos ejemplares observados en una empresa particular
- Competidor: persona o asociación que rivaliza con otros en el mismo sector
- Índice de referencia: medida que resulta de una evaluación de un procedimiento
- Mercado: en el sentido estricto de la palabra, conjunto de empresas de clientes, proveedores que pueden agruparse o no en una misma actividad; en el sentido más amplio, los productos, materias primas y terceros que interactúan con el mercado
- Posicionamiento: lugar ocupado por un producto o una empresa (cultura, valor) en el mercado, definida en relación a otros competidores
- Reingeniería: reorganización de un procedimiento o de un producto con el objeto de mejorarlo
Fuente: El bechmarking. La importancia de analizar el mercado. 50 minutos.es