Para detectar las ineficiencias y reducir el desperdicio eléctrico de una construcción es necesario erradicar las fugas de energía y perfeccionar el funcionamiento de los equipos. Esta medida, además de beneficiar al medioambiente, brindará un mejor confort y puede convertirse en un buen negocio
Revista Cero Grados Celsius, con información de Energy Star
El edificio comercial promedio desperdicia 30 por ciento de la energía que consume, por lo que es necesario desarrollar estrategias que persigan objetivos claros de ahorro económico y eficiencia energética. Por ejemplo, comenzar con mejoras de bajo o nulo costo conlleva ahorros que pueden emplearse para pagar las renovaciones o la adquisición de equipos más eficientes.
Empero, estas acciones no bastan, de tal forma que es fundamental dar un seguimiento constante y continuo a las operaciones de los sistemas y su mantenimiento. Se recomienda realizar auditorías nocturnas, efectuar mantenimientos preventivos, mejorar el funcionamiento de los equipos, así como optimizar su tiempo de inicio, apagado y secuencia.
Otra buena medida consiste en realizar las prácticas de mantenimiento y limpieza durante el día, a fin de no tener que utilizar iluminación de manera innecesaria. El mantenimiento preventivo debe considerar una inspección visual del aislamiento de las tuberías, conductos y equipos en busca de daños, roturas, compresión, manchas, etcétera. Si se detecta un aislamiento dañado, éste deberá repararse de inmediato, pero si se descubren zonas donde haga falta aislamiento, se tendrá que reemplazar con espesores calculados para las condiciones ambientales y de funcionamiento del sistema mecánico.
Los mantenimientos mensuales de los equipos HVAC logran que su funcionamiento sea eficiente durante todo el año y reducen las posibilidades de una falla inesperada. También ayudan a la regulación de los termostatos por la noche, de acuerdo con la estación climática y cuando éstos no se ocupan, además de su calibración para que las lecturas de la temperatura ambiente sean las correctas.
En cuanto a la limpieza o reemplazo de filtros HVAC, es mejor hacerlo de manera mensual y en los periodos de mayor enfriamiento o calefacción. Evitar que estos elementos estén sucios reduce la carga del equipo, ya que la suciedad hace que trabaje de más. Esto se refleja en ahorros monetarios, mayor eficiencia energética y mejor Calidad del Aire Interior.
No olvides nunca verificar que las áreas frente a los respiraderos estén libres de obstrucciones, pues de lo contrario la distribución de aire a través de ductos bloqueados consumirá 25 por ciento más de energía. Las bobinas del evaporador y del condensador en bombas de calor, aires acondicionados o enfriadores deben ser limpiados escrupulosamente, para permitir una correcta transferencia de calor.
En caso de que hubiera una fuga de refrigerante, ésta se debe reparar con prontitud para reducir el número de emisiones contaminantes y evitar que decaiga la eficiencia operativa de los equipos. Respecto a las trampas de vapor, es imperativo cuidar que no existan fugas y/o reemplazar aquellas que no funcionen.
Inversión y retorno
Cuando un cliente se acerca preguntando cómo puede hacer para lograr que sus equipos sean más eficientes, la respuesta no necesariamente es sustituirlos. Antes de realizar una inversión en sistemas de calefacción y refrigeración, conviene renovar las instalaciones de éstos, entre otros aspectos. ¿Cómo? Energy Star sugiere seguir el siguiente mapa:
- Establecer un contrato de mantenimiento anual que contemple ajustes de pretemporada antes de cada temporada de enfriamiento y calefacción
- Tapar las fugas de aire con burletes y calafateo
- Instalar variadores de frecuencia (VFD) y motores de bajo consumo
- Equilibrar los sistemas de aire y agua
- Instalar películas de control solar en las ventanas, así como aislamiento o recubrimiento reflectante del techo para reducir el consumo de energía
- Readaptar o instalar modelos energéticamente eficientes para cumplir con las cargas de enfriamiento de un edificio
- Renovar las calderas y otros sistemas centrales de la planta, según los estándares de eficiencia energética
Es importante que las puertas de acceso al edificio se mantengan cerradas, para evitar pérdidas innecesarias de aire caliente o frío, según la estación. Sin embargo, esto es algo que no se puede garantizar sólo con mencionarlo; sobre todo si mucha gente transita por los accesos. Una solución es contribuir a la educación de los empleados y ocupantes del edificio, para lo que es primordial:
- Explicarles los problemas que genera dejar abiertas las puertas cuando no es necesario
- Hablarles sobre la importancia del manejo de la energía y las prácticas básicas de ahorro
- De ser posible, dimensionar las pérdidas económicas y establecer objetivos claros de ahorro energético
A pesar de la importancia que demanda tener un buen control y monitoreo de la energía, realmente no se pone demasiada atención sobre este tema. Lo anterior obedece a que en ocasiones se considera que es muy costoso invertir en este aspecto, o bien, simplemente no se necesita. Una tarea del técnico HVAC consiste en concientizar a los clientes sobre cuatro aspectos. El primero es que el mantenimiento constante optimiza la operación de los equipos. En consecuencia, se obtiene el segundo: la reducción de gastos gracias a la eficiencia operativa. El tercero es el ahorro acumulado, el cual es posible invertir en equipos más eficientes. El mayor beneficio, por supuesto, será que la inversión retorne más rápido. Y el cuarto es la eficiencia energética, la cual recae en los beneficios que otorga al confort de las personas y al equilibrio ecológico
Es conveniente revisar y enfatizar los resultados financieros y ambientales de un programa de mantenimiento preventivo para los principales sistemas y componentes. Por último, para que la gente adquiera consciencia del problema, debe saber cómo y dónde se está desperdiciando energía, sobre todo las personas que se ocupan de administrar los recursos económicos.