El control de humedad es vital para lograr una calidad del aire interior aceptable. La necesidad de mantener un ambiente óptimo está cobrando cada vez más importancia, pues asegura la salud, satisfacción y productividad de las personas. Para esto, los sistemas de deshumidificación son primordiales
Juan F. Homez / Figuras: cortesía de Lennox
Según lo determina ASHRAE, se considera que existe una calidad del aire interior (CAI) aceptable “en aquel aire que no contiene agentes anómalos en concentraciones nocivas y en el que más del 80 por ciento de los ocupantes no perciben inconformidad al respirarlo”.
Importancia de la calidad del aire interior
Las personas (especialmente niños, ancianos y enfermos crónicos) pasan hasta el 90 por ciento de su tiempo en espacios interiores. Según el American College of Allergy, Asthma & Immunology, el 50 por ciento de las enfermedades son causadas o empeoran por el aire interior contaminado. Además, una calidad de aire pobre puede causar o contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas del sistema respiratorio, de acuerdo con información de la American Lung Association.
Otro factor que se debe considerar es la humedad relativa (HR), que es la relación entre la humedad absoluta y el vapor de saturación del aire. Una humedad relativa muy baja en el ambiente (por debajo del 30 por ciento) puede propagar bacterias, virus, infecciones respiratorias, rinitis alérgica, asma y producción de ozono. Por su parte, una HR muy alta en el ambiente (arriba del 60 por ciento) puede ocasionar, además de lo anterior, proliferación de moho y deterioro de los materiales.
Sistema de deshumidificación
Desde hace tiempo es reconocido y primordial el apoyo que los sistemas HVAC brindan para mejorar la calidad del aire. No obstante, es importante asegurar que los sistemas tengan las mejores tecnologías, como la deshumidificación. Esta solución controla la humedad en función de los requisitos del ambiente y crea una mejor CAI para los ocupantes (valores de entre un 40 y 50 por ciento o el más adecuado).
El sistema de deshumidificación es una opción instalada de fábrica, diseñada para controlar la humedad en unidades tipo paquete o sistemas divididos de ducto; proporciona deshumidificación, utilizando el método recomendado por ASHRAE 90.1 para el control de la humedad en edificios.
Funcionamiento
La operación de recalentamiento se inicia con una demanda de deshumidificación y no requiere una demanda de enfriamiento.
La unidad funciona en el modo de deshumidificación hasta que la humedad relativa del espacio acondicionado está por debajo del punto de ajuste seleccionado. El serpentín de recalentamiento está dimensionado para proporcionar aire de suministro de 68 °F a 75 °F durante la operación de recalentamiento.
Esto reduce la capacidad de enfriamiento sensible y extiende el tiempo de funcionamiento del compresor para controlar la humedad cuando la carga de enfriamiento es baja. Una válvula solenoide desvía el gas caliente del compresor al serpentín de recalentamiento.
El aire enfriado y deshumidificado del evaporador se vuelve a calentar a medida que pasa a través del serpentín de recalentamiento.
El refrigerante descalentado y parcialmente condensado continúa hacia el serpentín del condensador exterior donde se completa la condensación. La unidad continuará funcionando en este modo hasta que se satisfaga la demanda de deshumidificación (Figura 1).
El sistema de deshumidificación puede funcionar de dos maneras: en modo de enfriamiento normal y en modo de control de humedad. A continuación, se describen ambos métodos:
Modo de enfriamiento normal. La unidad recibe una llamada de enfriamiento del termostato. El aire caliente viaja a través del serpentín que no sólo enfría el aire, sino que condensa parte de la humedad (Figura 2).
Modo de control de humedad. La unidad, con un serpentín de enfriamiento, baja la temperatura del aire lo suficiente como para condensar el agua del aire y luego enviarla a través de un serpentín de recalentamiento para permitir el control de la humedad sin sobreenfriar el espacio (Figura 3).
Termostato y humidistato
El uso del termostato ofrece la función de control de humedad y de enfriamiento; algunos modelos pueden realizar este proceso en una, dos o hasta cuatro etapas en calefacción. Otros, incluso, se complementan con un humidistato, que es un sensor de humedad relativa incorporado que permite controlar la función de recalentamiento de gas caliente en la unidad tipo paquete. Ambos dispositivos se pueden colocar en el controlador de la unidad, según las capacidades de detección integradas, y configurar en función de las capacidades de detección remota.
Los termostatos y humidistatos más completos pueden manejar, en la unidad compacta tipo techo, las siguientes capacidades de detección, funciones y opciones integradas que permiten una administración de manera remota:
- Calefacción de cuatro etapas / Refrigeración de dos etapas / Universal de múltiples etapas
- Programación completa de siete días y vacaciones
- Modo one-touch away
- Informes de rendimiento
- Control remoto o centralizado
Todas estas características han convertido al sistema de deshumidificación en una opción para asegurar la calidad del aire interior y, con esto, mejorar la vida de quienes trabajan en edificios. Un aspecto que no se debe olvidar es evaluar las necesidades de cada inmueble para elegir el equipo más adecuado.
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Juan F. Homez
Ingeniero mecánico egresado de la Universidad Simón Bolívar. Cuenta con una MBA por parte del IESA, en Caracas, Venezuela. Tiene más de 25 años de experiencia en la industria del aire acondicionado en el área comercial y técnica. Actualmente, se desempeña como ingeniero de ventas para Lennox Latinoamérica y el Caribe.