Fomentar la donación altruista de sangre es uno de los grandes propósitos del Centro Médico ABC, el cual ha logrado incrementar las donaciones de este tipo de 3 a 11 por ciento. En esta tarea, los sistemas HVACR del Banco de sangre de dicha institución son imprescindibles, pues garantizan la inocuidad y calidad de este fluido vital
Danahé San Juan / Fotografías: Rubén Darío Betancourt
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, el abastecimiento de sangre segura para la población es una práctica voluntaria que se debe fomentar a través de una cultura de altruismo y donación. En México, sin embargo, sólo tres por ciento de los mexicanos corresponde a la donación altruista, mientras que el resto lo hace por donación dirigida a un familiar. Esto lo convierte en “el país prototipo de Donación Familiar y No altruista”, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), siendo que las unidades donadas de manera voluntaria son más seguras.
El Centro Médico ABC cuenta con dos campus, en Santa Fe y Observatorio. Brinda servicios especializados, entre ellos la recepción de donaciones y transfusiones de sangre que se llevan a cabo en el Banco de sangre de su sede en Santa Fe, dirigido por el doctor Antonio Salas. El objetivo particular es ofrecer la mayor seguridad al paciente, en tanto que su función consiste en proveer suficientes unidades para quien así lo requiera en su proceso terapéutico.
La visión es tener un Banco de sangre líder a nivel México, con altos estándares de calidad, seguridad y alineados con los objetivos del hospital. Para conseguirlo, el jefe del Banco de sangre del Centro Médico ABC Campus Santa Fe, Antonio Salas, señala que las unidades deben ser lo más inocuas posibles, pues “no hay ninguna unidad segura al cien por ciento, debido a que con cada transfusión existe un riesgo inminente para el paciente receptor. Hablamos de problemas inmunohematológicos, es decir, que el organismo de un paciente no acepte la sangre de otra persona”.
La industria al servicio de la conservación
El Departamento de Tecnologías Sanitarias Esenciales de la OMS señala que “la cadena de frío de la sangre es un proceso sistemático para la conservación y el transporte seguros de la sangre desde que se extrae del donante hasta que se administra a un paciente que necesita una transfusión. Se conoce como cadena de frío porque la sangre, por ser una sustancia biológica, debe mantenerse fría para reducir la contaminación bacteriana y prolongar su vida útil. La sangre entera está caliente tras la extracción, pero debe enfriarse a 4 °C y mantenerse a esta temperatura hasta el momento de la transfusión”, de acuerdo con el documento La cadena de frío de la sangre. Guía para la selección y adquisición de equipos y accesorios.
Para la correcta operación de un Banco de sangre esta guía recomienda la adquisición de los siguientes equipos:
- Refrigeradores especializados
- Congeladores de plasma
- Equipos para descongelación de plasma
- Refrigeradores portátiles para el transporte de sangre y líquidos refrigerantes
- Dispositivos de vigilancia de la temperatura
- Accesorios para los equipos de la cadena de frío de la sangre
- Reguladores de tensión
- Generadores de reserva
- Bandejas o soportes para unidades de sangre y plasma
En el Banco de sangre de Santa Fe los principales hemocomponentes que se transfunden son los concentrados eritrocitarios y de plaquetas, las unidades de plasma fresco y los crioprecipitados (factores de coagulación que permanecen insolubles cuando el plasma fresco congelado es descongelado en condiciones apropiadas de temperatura). Estos elementos necesitan climas muy específicos para avalar su seguridad, calidad e inocuidad. Para ello, existe una serie de equipos que son indispensables para que un Banco de sangre funcione eficientemente.
El proceso de conservación es muy importante, debido a que los hemocomponentes tienen tiempos de vigencia limitados; además de que cada uno precisa de características de conservación específicas. Por ejemplo, la sangre total y los concentrados de glóbulos rojos se mantienen entre 4 y 6 ºC, menciona el jefe del Banco de sangre, por lo que son indispensables unidades de refrigeración que mantengan una temperatura ideal para que no exista daño en las células. En caso de que esté por arriba de ese rango, el periodo de vida de la sangre disminuiría o, incluso, podrían proliferar las bacterias y contaminar la unidad. Si bajara, se correría el riesgo de congelar los glóbulos rojos y que en ese momento exista hemólisis (cuando las moléculas de agua se expanden y explotan). El doctor también señala que los plasmas frescos necesitan conservarse en -26 ºC; ultracongelación, para que sus propiedades permanezcan intactas. Respecto a los crioprecipitados, éstos necesitan de igual forma mantenerse en -26 ºC. Las plaquetas requieren entre 20 y 24 ºC, debido a su composición química y naturaleza biológica, además de que deben mantenerse constantemente en agitación; por lo tanto, las unidades de refrigeración no son útiles con este hemocomponente. Aquí mejor valdría contar con equipos de incubación. “Los equipos que tenemos son especializados y tienen ambos sistemas, uno de incubación y otro de refrigeración, por lo que la temperatura es monitoreada de manera continua; y en el momento en el que baja, entra el incubador, mientras que al aumentar más de 24 ºC el sistema de refrigeración comienza a funcionar para mantener el rango de temperatura ideal”, afirma para Mundo HVAC&R el doctor Antonio Salas.
La diferencia entre la incubación y refrigeración es que cuando se incuba los rangos de temperatura pueden variar, además de que se genera calor entre 20 y 24 °C. En cambio, la refrigeración precisa entre 2 y 8 ºC.
“La Secretaría de Salud y organismos internacionales exigen que las unidades de refrigeración y congelación de uso en bancos de sangre sean equipos especializados e industriales. La temperatura que nosotros manejamos para la conservación no es exclusiva del ABC. Estamos alineados a los estándares internacionales de recomendaciones para la conservación. Las unidades de congelación y refrigeración que se fabrican tanto en México como en otras partes del mundo deben estar hechas exprofeso para estas funciones, por seguridad biológica y para el paciente”, comenta el doctor Salas.
“La Secretaría de Salud y organismos internacionales exigen que las unidades de refrigeración y congelación de uso en bancos de sangre sean equipos especializados e industriales”, explica el doctor Antonio Salas
También deben contar con un sistema de control de temperatura muy estricto, desde pruebas de alarma tanto para límites bajo y altos, y un termómetro certificado. Esa certificación se monitorea cada seis meses, por lo menos, para corroborar que el funcionamiento de los termómetros sea el adecuado y que la unidad de refrigeración o congelación esté calibrada y opere de manera correcta. Después se le aplica el sello de certificación que garantiza el buen funcionamiento y la conservación idónea, explica Antonio Salas.
Asimismo, se debe llevar un registro continuo de todas las variaciones de temperatura. Esto se logra a través de sistemas de registro gráfico que monitorean las variaciones durante periodos de siete días. Posteriormente, se hace una recolección de las gráficas y se almacenan para presentarlas en las auditorías. Adicional a esto, cada ocho horas se realizan tomas de temperatura, sin importar que se tenga un sistema de registro continuo y de pruebas de alarma.
Este Banco de sangre trabaja las 24 horas del día, por lo tanto, es constante el monitoreo de las unidades de congelación y refrigeración que operan. Gracias a esto, cuando una unidad se sale del rango por cualquier motivo, descompostura, una puerta abierta, etcétera, la alarma sonora se activa y se toman las medidas necesarias para corregir el desperfecto.
En caso de la descompostura de algún equipo, se manejan protocolos para trasladar los hemocomponentes a un segundo sistema. “Tratamos de conservar las cualidades de cada componente en la mayor aptitud posible. Si un refrigerador comienza a subir la temperatura y vemos que es una falla que no se puede resolver en ese momento, se toma el refrigerador de respaldo y se lleva a la otra unidad para conservarlo de manera correcta y así evitar daño en las unidades. También garantizamos que todas esas unidades estén en perfectas condiciones, porque hacemos una inspección diaria para evitar presencia de coágulos en caso de concentrados eritrocitarios, fracturas en las bolsas, que estén mal acomodadas, descongeladas o cualquier situación que pudiera poner en peligro la integridad de las bolsas”, asegura el doctor Salas.
El proceso de conservación se divide en unidades no estudiadas o no liberadas y unidades liberadas o estudiadas. Ambas pueden coexistir en el mismo refrigerador, pero deben estar separadas por un letrero para distinguir las que están listas para ser utilizadas de las que no.
El mantenimiento y revisión de los equipos de refrigeración y congelación se realiza cada tres meses. Consiste en verificar el correcto funcionamiento de los termómetros, el compresor, así como realizar la limpieza del condensador.
Los equipos no deben descongelarse ni desconectarse, de tal forma que los ingenieros que se ocupan de esta labor realizan pruebas de la cantidad de gas, del funcionamiento de los diferentes componentes del compresor, motor, condensador, para finalmente dictaminar la operación adecuada o la necesidad de algún mantenimiento preventivo. En caso de que el procedimiento sea eficiente, se certifica y se continúa con el uso normal de los sistemas. Adicionalmente, los encargados del Banco de sangre corroboran la temperatura con un termómetro certificado. Ésta es una prueba que se ejecuta de manera mensual.
Control del aire acondicionado
El Centro Médico ABC cuenta con un departamento de ingeniería, mantenimiento y medioambiente que estudia cada una de las áreas para cuantificar las unidades BTU, de calor, refrigeración, y así realizar un estimado de la carga eléctrica como de la temperatura ambiente. El Banco de sangre posee cuatro unidades de aire acondicionado para garantizar que cuando las máquinas funcionen simultáneamente, la temperatura de operación no rebase los 22 ºC, a fin de evitar fallas por sobrecalentamiento. En caso de que detecten que alguna unidad está sobrecargada de calor, emiten recomendaciones o redireccionan las corrientes de aire de expulsión y extracción para compensar el excedente de unidades BTU. Todos los equipos funcionan a 110 volts, por lo que no generan demasiado calor. El hospital tiene varias plantas de energía que tardan cinco segundos en operar en caso de que ocurra alguna falla eléctrica. Los equipos más sensibles están protegidos con no breaks que soportan varios minutos en espera de la entrada de la planta; además de que todos están conectados a la red de emergencia.
Traslado y transportación
El medio de transporte de la sangre depende del número y el tipo de unidades. “Tenemos un sistema de transportación que puede abarcar hasta 150 unidades. Es autónomo, debido a que posee una batería de respaldo conectada al vehículo. También contamos con termos de una sola pieza que ya tienen temperatura de conservación y, además, termómetros certificados que la monitorean a lo largo del trayecto, de tal forma que eso avala la conservación ideal. La Secretaría de Salud y los organismos internacionales piden que esa temperatura sea monitoreada de manera estricta, por lo que hay bitácoras donde se hacen los registros de salida y llegada, en caso de que las unidades provengan o se trasladen a otros centros”, expone el doctor Salas. Estos dispositivos son fabricados en una sola pieza, a base de poliuretano en su interior, con un grosor de alrededor de tres pulgadas. El espacio de conservación está adaptado para que se coloquen refrigerantes a los costados sin entrar en contacto con la sangre o los hemocomponentes. De esa manera se asegura el traslado sin riesgo para la integridad de las células.
En el mercado hay nuevas tecnologías que no son fabricadas en México, pero que ya se encuentran disponibles en el hospital. Consisten en equipos con sistemas de envío o transmisión de datos, para un mejor control, sobre todo en la conservación no sólo de unidades, sino también de los reactivos que se emplean para el análisis de la sangre y sus elementos. Asimismo, operar con sistemas de refrigeración, congelación y aire acondicionado especiales para un Banco de sangre requiere de personal capacitado para su manejo, para que la eficiencia de los equipos sea la mejor y se garanticen transfusiones exitosas en los pacientes.
Equipo del Banco de sangre
- 2 sistemas de refrigeración para conservación de unidades
- 2 refrigeradores para unidades de sangre y de glóbulos rojos
- 2 unidades de congelación
- 1 sistema de incubación con refrigeración para la conservación de plaquetas
- Unidades de refrigeración para conservación de muestras sanguíneas
- Equipo de respaldo en caso de falla de los sistemas principales