En la actualidad, la fuerza laboral está conformada por distintas generaciones, por lo que las empresas deben estar preparadas para integrarlas de una manera más equilibrada. Por ello, es vital entender cuáles son sus prioridades, preocupaciones y actitudes específicas, a fin de lograr una mayor productividad
Rúben Onorio
Si los “choques generacionales” siempre han sido una realidad en las empresas y organizaciones, ¿por qué hasta ahora se han convertido en un problema mayor?
Para las compañías, los conflictos empresariales ocasionados por el “choque generacional” debe ser uno de los temas más prioritarios. De entrada, partamos de que la población laboral actualmente está conformada por diferentes generaciones.
Los Baby Boomers, por ejemplo, son aquellas personas nacidas entre 1945 y 1965, aproximadamente. En este segmento se encuentran muchos empresarios y directores de compañías, pero también gente que atiende y administra las exigencias de gerentes y/o supervisores, en ocasiones más jóvenes (lo que puede ser frustrante para algunos de ellos), a cambio de obtener un mejor equilibrio vida-trabajo.
Es frecuente que los Baby Boomers no comprendan por qué la generación Millennial se concentra más en otros aspectos, como estar al pendiente de sus teléfonos inteligentes o redes sociales, o por qué muestran un fuerte desinterés en las tareas más rutinarias.
Cada generación tiene características distintas, por lo que la pregunta sería, ¿cómo integrar a todos y cada uno de sus miembros en una misma organización? Para sumar a todos los empleados existen dos elementos claves que deben ser la base de la convivencia e integración entre las distintas generaciones:
Valores comunes: trabajar en el alineamiento de los valores que subyacen en cada uno de los empleados, yendo más allá de las diferencias generacionales
Generar convivencia: un entorno laboral enriquecido por la relación de distintos grupos generacionales es una consecuencia directa del fomento de un ambiente de trabajo cooperativo, respetuoso y productivo. Esta convivencia se sustenta en las políticas y códigos de conducta que deben seguir y conocer todos los colaboradores de una empresa, a fin de lograr una comunicación asertiva
Así, un ambiente laboral agradable, integrado por personas de diferentes edades, conduce y facilita la innovación y creatividad en productos y servicios.
Una forma de lograr una buena relación entre los trabajadores es la capacitación, pero ¿cómo y de qué forma ayuda a que la integración generacional se lleve a cabo de una manera más ágil? Esto puede conseguirse al unificar a través de capacitar y desarrollar habilidades como:
Inteligencia emocional: facilita la tolerancia a la frustración, flexibilidad y adaptación ante el cambio, así como a tener el autocontrol en situaciones de estrés y presión
Relación con los demás: ser conscientes de que no estamos solos y que nuestro éxito depende en gran medida de cómo me relaciono con los otros; trabajar la aceptación y humildad por aprender del que está a mi lado, independientemente de la edad que tenga
Comunicación asertiva: aprender a expresar y comunicar lo que pienso, siento y quiero de una manera respetuosa, sin demeritar mi postura ni la de los demás, por muy diferente que ésta sea de la mía
Liderazgo y desarrollo de equipos de trabajo: motivar a las nuevas generaciones, partiendo de conocerlos e integrarlos a la misión de la empresa, identificando sus habilidades y capacidades, ya que son parte fundamental de un todo
Es importante comprender y tener presente que ninguna generación es igual a la otra y que las formas de actuar y pensar van cambiando con el tiempo.
Hay que reconocer que las generaciones mayores aportan principalmente conocimiento, experiencia, madurez y estabilidad, por lo que son un pilar muy importante para afrontar los problemas que surjan. A su vez, los jóvenes ofrecen creatividad, nuevas ideas, empuje y también conocimientos, dándole de esta forma dinamismo a la empresa.
Para lograr la coexistencia entre grupos de personas de distintas edades es fundamental la tarea del líder, pues su rol es necesario para coordinar armoniosamente al equipo, valorando, motivando y reconociendo a todos por igual.
Rubén Onorio. Licenciado en Ciencias Políticas y director general de ONESSO Capacitación y Desarrollo Empresarial. Especialista en capacitación empresarial y desarrollo humano, inició en la Organización de Negocios Internacionales en 2006, en la que reafirmó la trascendencia que la capacitación tiene para las personas y empresas, tanto a nivel privado como masivo.