Cómo funciona la válvula solenoide

Para llevar a cabo el control del paso de algún tipo de flujo que requieren ciertas aplicaciones, es necesario contar con una válvula especializada que cumpla con esta función

Sinaí Romo

En la mayoría de las aplicaciones de refrigeración es necesario iniciar o detener el flujo en un circuito de refrigerante para controlar automáticamente el flujo de líquidos en el sistema; para ello, se utiliza una válvula solenoide operada de manera eléctrica, cuya función principal es controlar el paso del gas refrigerante. Una de sus mayores ventajas es que se puede instalar en lugares remotos y controlar a través de interruptores eléctricos simples.

Dicha válvula se controla variando la corriente que circula a través de un solenoide (conductor ubicado alrededor de un émbolo, en forma de bobina), la cual, al circular por el solenoide, genera un campo magnético que atrae un émbolo móvil; al finalizar el efecto del campo magnético, el émbolo vuelve a su posición por efecto de la gravedad o por presión del fluido a controlar.

En cuanto a la apertura o cierre de la válvula, ésta se basa en los impulsos electromagnéticos de un solenoide que trabaja junto a un muelle diseñado para regresar a la válvula a su posición neutral cuando el solenoide se desactiva. Este tipo de válvulas se suelen utilizar en sitios de difícil acceso, en sistemas multiválvula y en sitios de ambiente peligroso.

Al pasar una corriente eléctrica a través de la bobina se genera un campo electromagnético de cierta intensidad en el interior y el émbolo fabricado en metal ferroso es atraído por la fuerza magnética hacia el centro de la bobina, lo que proporciona el movimiento necesario para accionar la válvula. La válvula se puede abrir o cerrar, no hay término medio, por lo que no se puede utilizar este sistema para regulación de flujos.

Una vez que se activa el solenoide, la válvula se mantendrá abierta o cerrada, según el diseño, hasta que se corte la corriente eléctrica y desparezca el campo electromagnético del solenoide. En este momento, un muelle o resorte empuja el émbolo de nuevo hacia su posición original, cambiando el estado de la válvula.

Una válvula de solenoide eléctrico sólo puede funcionar como dispositivo on / off y no puede usarse para abrir o cerrar la válvula gradualmente en aplicaciones en las que se requiera una regulación más precisa del flujo. En función del uso que se le dará a la válvula, se pueden utilizar bobinas capaces de trabajar continuamente o en ciclos de duración determinada, resultando, usualmente, más caras las de trabajo continuo. Es importante decir que existen válvulas de solenoide aptas para su uso con corriente alterna, de 24 a 600 volts (V), o para su uso con corriente continua, de 12 a 24 V.

Por lo general, dichas válvulas operan de forma completamente abierta o completamente cerrada, aunque existen aplicaciones en las que se controla el flujo en forma lineal. También, hay válvulas solenoides que pueden trabajar con corriente alterna (AC) o con corriente continua (DC) y utilizar diferentes voltajes y duraciones de ciclo de funcionamiento, las cuales, dependiendo de su construcción o forma, se pueden clasificar como en la tabla 1.

El hecho de que no se necesite manipulación física directa hace que las válvulas solenoides sean la mejor solución para controlar la entrada o salida de fluidos y gases en sitios de difícil acceso o en lugares donde el entorno puede ser peligroso, como en sitios a altas temperaturas o con productos químicos peligrosos. Además, las bobinas del solenoide se puede cubrir con material ignífugo para hacerlas más seguras para ambientes peligrosos.

Precauciones generales
Cuando no se realizan los procedimientos de mantenimiento adecuados para manejar, instalar o manipular un producto, éste podría funcionar mal y provocar daños al equipo; entonces, antes de iniciar una tarea de cualquier tipo habrá que cortar el suministro eléctrico, asegurarnos de que la presión de alimentación está desconectada y de que se ha eliminado toda la presión de aire residual del sistema.

Respecto del encendido tras el mantenimiento, se deberá aplicar una presión de trabajo y conectar el equipo para comprobar que funciona correctamente y que no se producen pérdidas de aire. Si su funcionamiento no es normal, será necesario comprobar los parámetros de montaje del producto. Cabe mencionar que hay riesgo de quemaduras si existe contacto involuntario con la válvula.

Por ninguna razón se debe desarmar el producto a fin de intentar reparar una falla, lo idea es hablar al fabricante para cualquier aclaración o garantía.

En cuanto al desmontaje del producto, la válvula alcanzará una temperatura elevada cuando se utilice con fluidos a alta temperatura; cuando esto sucede, es necesario verificar que la temperatura de la válvula disminuyó lo suficiente antes de manipularla.

Filtros y depuradores

  • Evitar la obstrucción del filtro y los depuradores
  • Sustituir los filtros después de un año de uso o antes si la caída de presión alcanza 0.1 megapascal (MPa)
  • Limpiar el tamiz cuando la caída de presión alcance 0.1 MPa
  • La lubricación se debe llevar a cabo con regularidad
  • Si almacenará la válvula tras su uso con agua caliente, habrá que eliminar, con mucha precaución, cualquier rastro de humedad para evitar la oxidación, el deterioro de los materiales elásticos, etcétera
  • Purgar los condensados del filtro de aire con regularidad.

Las válvulas se deben poner en marcha al menos una vez al mes con el propósito de evitar fallos de funcionamiento. Además, a fin de garantizar un estado óptimo, es preciso llevar a cabo una inspección regular de la válvula cada seis meses.

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