Iluminación eficiente. El aliado contra la fatiga y los accidentes
Para lograr una adecuada ejecución de tus actividades laborales debes asegurarte de que las condiciones de luz optimicen tu percepción visual. Esto con el fin de brindarte la mayor seguridad para evitar riesgos causados por falta de visibilidad, reflejos, sombras, deslumbramiento o incluso trastornos físicos
Irayda Rodríguez
La visión humana depende de la luz. Ésta se refleja de las superficies a los ojos, pasa a través de la córnea y la pupila para formar una imagen en la retina. El ojo es sensible a una gama muy amplia de intensidades, pero a bajos niveles pierde la capacidad de discernir detalles.
Por esta razón, trabajos de precisión, como las instalaciones, la medición o el montaje se realizan mejor bajo una luz brillante, pues la iluminación correcta y el confort visual permiten laborar de manera más segura, productiva y vigilar mejor el espacio utilizado. En cambio, una iluminación deficiente ocasiona fatiga y errores, además de que los accidentes de trabajo son más comunes cuando los niveles de luz son bajos.
En el país, la Norma Oficial Mexicana NOM-025-STPS-2008, “Condiciones de iluminación en los centros de trabajo”, establece los requerimientos y parámetros de luminosidad en los espacios laborales, a fin de proveer un ambiente seguro y saludable para la realización de las tareas que desarrollen los trabajadores. Esta norma establece como mínimo 20 luxes en exteriores, como patios y estacionamientos, y por lo menos 2 mil luxes para las tareas de alto grado de especialización en la distinción de detalles.
Al respecto, los especialistas de OMEGA Engineering afirman que la luz natural (la suministrada por el sol durante el día), presenta indudables ventajas sobre la artificial a la hora de elegir los sistemas de iluminación en las áreas de trabajo. Sin embargo, tiene un inconveniente insalvable: es variable a lo largo de la jornada y tiene que ser complementada o sustituida por una fuente artificial, suministrada por lámparas incandescentes, fluorescentes o de descarga de gases para almacenes, naves industriales y grandes espacios.
La luz artificial puede ser general, cuando se reparte uniformemente sobre toda la superficie de trabajo o localizada cuando incide sobre alguna zona iluminada suficientemente. Por su parte, en la industria, los niveles de iluminación dependen de la dificultad para la percepción visual y del tipo de actividad que se vaya a realizar en cada momento.
La NOM-025-STPS-2008 detalla que la evaluación de los niveles de iluminación debe realizarse a partir de los registros del reconocimiento en las zonas o puestos de trabajo y las tareas visuales asociadas a ellos, para identificar dónde es deficiente o hay exceso de luz. De acuerdo con la información recabada durante este reconocimiento, se determinará la ubicación de los puntos de medición de las áreas seleccionadas, tanto en las que se utilice iluminación artificial como natural, bajo condiciones normales de la jornada laboral.
Si en la evaluación se obtienen resultados por debajo de los niveles indicados por la NOM o que los actores de reflexión estén por encima del 60 por ciento en las paredes o del 50 por ciento en el plano de trabajo, se deberán adoptar las medidas pertinentes, como modificar el sistema, dar mantenimiento a las iluminarías, instalar sistemas complementarios, entre otras.
Medición e intensidad de la luz
Para llevar a cabo una medición acerca del gasto de luz, se utiliza un sensor que transforma la energía de los fotones en carga eléctrica; cuanta más luz incida sobre la superficie, más carga se construye. En términos generales, los dos están correlacionados. Una calibración en la medición electrónica convierte a un valor lux, ya sea corriente o tensión.
Cabe destacar que el ojo humano no es igualmente sensible a todas las longitudes de onda de luz y tiene mayor sensibilidad al verde. En consecuencia, si se mide la misma intensidad de luz azul y verde en un metro, el valor lux podría ser el mismo, pero el observador humano percibiría más el verde.
Para solucionar lo anterior, los luxómetros están configurados para esperar una distribución espectral de la iluminación doméstica, de filamento de tungsteno, esto se define como estándar CIE Illuminant A y se ajusta a la medida de intensidad en bruto que se correlaciona mejor con la percepción humana de brillo. Su aplicación es recomendable en todas las áreas de iluminación que demanden el uso de luz incandescente.
Los medidores ambientales de mano para RPM y medición de luz están diseñados como instrumentos portátiles de fácil manejo para calcular la intensidad con base en el estándar mencionado. Además, proporcionarán una lectura con iluminación fluorescente con un pequeño error en el rango de medición que va de 1 a 200 mil luxes.
Ergonomía y seguridad
En muchos entornos es recomendable aplicar niveles mínimos de iluminación; otros espacios, en cambio, exigen requerimientos muy específicos de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) una agencia del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos.
Para aplicaciones industriales en general, OSHA se refiera a los estándares ANSI/IESNA RP-7-2001, “Práctica de Iluminación Industrial”, que definen la intensidad mínima necesaria para llevar a cabo una serie de tareas, con seguridad y precisión.
Sin embargo, en algunas organizaciones, la intensidad de la luz se mide sólo de manera reactiva, por lo general después de una caída o un accidente. Un enfoque más prudente consistiría en realizar un estudio de iluminación y documentación de los niveles en todo el lugar de trabajo. Si se encuentran zonas por debajo de los niveles mínimos aceptables es posible implementar un plan de mejora.
La buena iluminación es una manera de evitar accidentes por falta de visibilidad y además funge como una herramienta de trabajo, por lo que es muy importante que antes de comenzar cualquier proceso de instalación, mantenimiento o reparación, verifiques que los niveles de luz en el área sean los más indicados para llevar a cabo eficazmente tu trabajo.