Retrofit: más allá de la teoría
Ante la paulatina eliminación del R-22, el retrofit se ha convertido en un proceso indispensable que los prestadores de servicio deben conocer para mantener la vigencia de los equipos que aún usan este refrigerante
Ámbar Herrera / Fotografías: cortesía de ANDIRA
Fotografía superior. Durante la parte práctica se realizaron 10 retrofits en cinco equipos tipo minisplit
El taller teórico-práctico de retrofit, organizado por ANDIRA, tuvo como propósito enseñar cómo realizar la sustitución del gas R-22 por Freón MO99 (R-438A). Se desarrolló en las instalaciones del CETis No. 39, y contó con la participación de expertos de la industria y los profesores del centro de estudios.
La parte teórica de la exposición acerca del cambio de refrigerante fue impartida por Julio García, consultor técnico de Chemours, mientras que Roberto Gómez, asesor técnico de Acemire, expuso los métodos de identificación de lubricante en campo. Ambos expertos, en conjunto con los docentes de la institución, guiaron a los asistentes en la parte práctica para realizar el retrofit en equipos minisplit de aire acondicionado.
En entrevista para Cero Grados Celsius, García dijo que la capacitación brindó la oportunidad de evaluar el desempeño del MO99 como sustituto. En su participación, enlistó los pasos del proceso, destacando la recuperación del gas y la verificación de fugas en el sistema, así como algunos consejos para el manejo del aceite, según el tipo de aplicación.
Señaló que la escasez de R-22 ha provocado el aumento de su precio, lo que, con el tiempo, llevará a que los equipos que usan este gas reduzcan su tiempo de vida útil; de ahí que técnicos y clientes finales cuenten con opciones de sustitución.
Por su parte, el ingeniero Roberto Gómez expuso los cuatro métodos de identificación del aceite: índice de refracción, residuos de carbón, solubilidad en metanol y prueba de gravedad específica. “Muchos técnicos no están promoviendo el retrofit porque no lo conocen o piensan que es muy complicado, pero sólo se requiere tener conocimiento sobre los gases, el tipo de aceite y qué aplicación se va a realizar”, dijo en entrevista.
Gómez recomendó cambiar siempre el aceite al realizar este proceso y comentó que una de las dudas principales es saber qué gas utilizar. “Antes, el R-22 se usaba para cualquier aplicación, y el aceite funcionaba para alta, media y baja temperatura”; sin embargo, afirmó que ahora no todos los sustitutos son compatibles con cualquier aceite.
Agregó que los lubricantes no han experimentado grandes cambios, pero que los más usados actualmente son los sintéticos como el polioléster, que tiene la ventaja de durar hasta 12 mil horas, aunque requiere de cuidados especiales porque absorbe humedad con mucha facilidad. También dijo que los aceites PAG (polialquilenglicol) comenzarán a emplearse cada vez más, pues tienen la ventaja de diseñarse a la medida, dependiendo del gas y el equipo.
Los expertos reconocieron el trabajo que el CETis y sus docentes han realizado para impulsar la carrera técnica de aire acondicionado y refrigeración. Gómez opinó que son necesarias “más capacitaciones para que los técnicos puedan promover el cambio de refrigerantes y tengan trabajo, a la vez que contribuyan a mejorar el medioambiente”; ya que la práctica en campo es vital para que los alumnos tengan experiencia y puedan enfrentarse a los retos que la industria les representa.