Necesidades de limpieza
Un caldo de cultivo ideal para la proliferación de bacterias son los ductos del aire acondicionado; sin embargo, son varios los métodos que existen para mantenerlos a salvo de bacterias y suciedad y así evitar un nido de infecciones
La implementación de cualquier método de limpieza dependerá de las condiciones en las que se encuentre el conducto del aire
Sinaí Romo
Debido a sus espacios reducidos, cerrados y privados de luz, los conductos del de aire acondicionado son lugares ideales para el crecimiento y la proliferación de microorganismos de tipo animal o vegetal, como el polvo, principal agente transportador de sustancias alérgicas, compuesto de una gran variedad de elementos orgánicos e inorgánicos, que incluyen fibras, esporas, granos de polen, mohos, insectos y ácaros.
Ante la presencia de estas sustancias, una simple limpieza diaria de los sistemas de aire acondicionado no es suficiente para mantener las instalaciones libres de contaminantes, ya que no se impide que los ductos de aire acondicionado transporten contaminantes biológicos, así como polvo, suciedad y sustancias alergénicas, las cuales son causa de muchas enfermedades respiratorias. Por ello, existen diversos métodos para realizar una limpieza exhaustiva, aunque no todos los procedimientos son adecuados, ya que muchos de ellos pueden ser perjudiciales para los ductos, porque pueden dañar los conductos y ser agresivos para los componentes mecánicos del sistema. Entonces, es vital que antes de llevar a cabo la limpieza se tome en cuenta el material de los ductos y con base a ello se elija el método de limpieza más adecuado.
Aire a presión
Este método genera un efecto parecido al que ocurriría si se barriera con un chorro de agua a presión. Se utiliza un sistema (AAP) basado en la inyección de aire comprimido a ocho bares de presión mediante el uso de toberas diseñadas para dicha actividad, las cuales poseen un sistema rotatorio para distribuir el aire hacia cualquier parte del ducto.
La fuerza del aire y el agua desprenderán toda la suciedad acumulada, así como cualquier sustancia adherida en las superficies interiores.
Cepillos rotativos (cerdas suaves)
En este proceso se requieren cepillos rotativos de cerdas suaves de nylon, los cuales giran velozmente de manera controlada (entre 1000 y 1500 rpm) frotando las superficies interiores de los conductos en toda su extensión. Los cepillos avanzan manualmente rascando las superficies por medio de un sistema de cableado rotativo, accionado eléctricamente por un rotor desde el exterior del conducto, girando hacia cualquier lado. Así, se genera un efecto de rascado que desprende eficazmente toda la suciedad adherida.
Robot
Este proceso utiliza un robot de limpieza dotado de cámara digital y circuito cerrado de televisión.
El sistema de limpieza cuenta con cepillos rotatorios fabricados con cerdas de nylon que giran entre 1000 – 1500 rpm, frotando las superficies interiores del conducto y al mismo tiempo ejerciendo un efecto de rascado que termina con toda contaminación interior.
Los cepillos avanzan de manera automática transportados por una unidad robotizada que, a su vez, es dirigido mediante control remoto y orientado con ayuda de la cámara de televisión; por su parte, los cepillos son accionados mediante un sistema neumático.
Cepillos rotativos (cerdas duras)
Para esta técnica existen varios tipos de cepillos, la diferencia está en el grado de dureza que aporte cada uno, pero todos son fabricados con cerdas de nylon. Los cepillos giran velozmente, pero de forma controlada (entre 1000 y 1500 rpm) frotando las superficies interiores de los conductos en toda su extensión, lo que ejerce un efecto de rascado para eliminar la suciedad. Los cepillos avanzan de forma manual rascando las superficies mediante un sistema de cableado rotativo, accionado eléctricamente por un rotor desde el exterior del conducto, pudiendo girar de derecha a izquierda o viceversa.
Con el objetivo de analizar las consecuencias y resultados de tales métodos, una empresa dedicada al sector del aire acondicionado llevó a cabo los cuatro procedimientos y concluyó que tanto los métodos de limpieza con cepillos rotativos, como el realizado con equipos robotizados no produjeron ningún tipo de desgaste de las superficies interiores, ni roturas en los conductos.
Asimismo, la técnica de soplado con aire a presión también obtuvo buenos resultados, por lo que el uso de cualquiera de estos procesos dependerá de las condiciones de higiene en las que se encuentren los conductos al momento de llevar a cabo la limpieza.
Sin embargo, la empresa concluyó que el peor método de limpieza es el de cerdas de nylon gruesas, el motivo es que debido a la fricción de las cerdas más gruesas en el conducto, éstos se maltrató de manera significativa.